Al menos 48
personas murieron, en su mayoría militares, y un centenar resultaron heridas el
miércoles en un triple atentado con coche bomba en Alepo, la gran ciudad del
norte de Siria que se disputan desde hace más de dos meses rebeldes y fuerzas
gubernamentales.
En Damasco,
periodistas de la AFP observaron un despliegue de seguridad fuera de lo
habitual en las entradas de la capital, donde también se han registrado
violentos combates desde mediados de julio. Más al norte, al menos 15 soldados
murieron en ataques rebeldes coordinados contra retenes militares y combates en
Bdama, una localidad de la provincia de Idleb (noroeste), según el opositor
Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
En tanto, en
territorio turco, en la localidad fronteriza de Akçakale (sureste), el impacto
de obuses disparados desde Siria dejaron cinco muertos, entre ellos "una
madre y sus cuatro hijos", indicó el alcalde de la localidad. El jefe de
la diplomacia turca, Ahmet Davutoglu, convocó a una reunión de urgencia en la
Cancillería tras el incidente y el viceprimer ministro, Besir Atalay, consideró
el incidente como "muy grave".
El primer
ministro Recep Tayyip Erdogan convocó a sus consejeros a una reunión para
analizar una eventual respuesta turca. La OTAN condenó "firmemente"
los disparos de obuses de Siria que alcanzaron Turquía. En Alepo, la mayoría de
los muertos y heridos por el triple atentado "son miembros de las fuerzas
gubernamentales. Las explosiones tomaron como blanco un club de oficiales
militares y puestos de control del ejército regular", indicó el OSDH con
sede en Gran Bretaña.
Un
responsable de la segunda ciudad de Siria dio un balance provisorio de "37
muertos y decenas de heridos" de los cuales muchos en estado grave. Dos
coches bomba explotaron primero en un intervalo de un minuto en dos calles
cercanas a un club de oficiales militares que da a la famosa plaza Sadala al
Jabiri, en el corazón de Alepo, afirmó una fuente militar a la AFP.
Un tercer
coche bomba explotó a 150 metros de la plaza, a la entrada de la ciudad vieja,
en la que se registraron duros combates durante el fin de semana.
"Escuchamos dos explosiones enormes, era como si las puertas del infierno
se abrían", contó a la AFP Hasan, un empleado de hotel de 30 años.
"Saqué de entre los escombros un niño de menos de diez años que perdió una
pierna", declaró un comerciante.
La televisión
oficial al Ikhbariya, que se refirió a atentados "terroristas",
emitió imágenes de enormes destrucciones en la plaza, con al menos dos
edificios totalmente derrumbados y cadáveres entre los escombros. En la
provincia de Damasco, los suburbios de Qudsaya y Al Hama, dos bastiones
rebeldes del Ejército Sirio Libre (ESL) fueron "bombardeados por los tanques
del ejército que procede además a detenciones y allanamientos en los
alrededores", según el OSDH.
Según una
militante en Damasco, el ejército cortó todo acceso a estos suburbios. En el
suburbio vecino de Dumar, periodistas de la AFP y habitantes vieron en las
calles al menos tres tanques y siete camiones militares así como numerosos
soldados. Al menos cuatro accesos por carretera a la capital estaban cerrados,
incluso para las familias que llevan sus hijos a las escuelas.
La provincia
de Damasco, así como los barrios periféricos de la capital, son escenario de
violentos combates desde mediados de julio. Asimismo, al menos 16 personas,
entre ellas tres niños y cinco mujeres, murieron este miércoles en un bombardeo
del ejército sirio sobre el pueblo de Sahn, en la provincia de Hama (centro),
informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), una ONG con sede
en el Reino Unido.
El diario
oficial al Baas había anunciado el martes el fin cercano de las operaciones de
seguridad en el conjunto de la provincia de Damasco, donde el ejército
bombardeó varios locales, en particular Duma (noreste). La violencia dejó este
miércoles en el país al menos 147 muertos de los cuales 52 civiles, según el
OSDH. En 18 meses de conflicto en Siria, más de 31.000 personas murieron, en su
mayoría civiles, según el OSDH.
Estas cifras
son imposibles de verificar con una fuente independiente dadas las
restricciones impuestas por las autoridades sirias. En este contexto, el
mediador internacional Lajdar Brahimi tiene previsto volver a la región esta
semana para esforzarse en lograr un cese de los bombardeos por parte del
régimen, y a cambio que los insurgentes disminuyan los ataques.
Reiterando
las preocupaciones de varios responsables internacionales, el secretario general
de la Liga Árabe, Nabil
el Arabi, advirtió el martes de que las consecuencias de la crisis siria
"podrían ser catastróficas no solo para Siria, sino para todo el mundo
árabe". La violencia en Siria desborda regularmente a los países vecinos,
en Jordania, Turquía, Irak o Líbano, donde se registran enfrentamientos en las
fronteras.
Estos países
conocen también un flujo ininterrumpido de refugiados. El número de sirios
refugiados en los países limítrofes se triplicó en estos tres últimos meses,
para sobrepasar los umbrales de los 300.000, anunció el martes el Alto
Comisionado de la ONU para los refugiados. Mdzol
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