La mayoría de
las armas enviadas a los grupos rebeldes sirios, han caído en manos de
yihadistas islamistas de línea dura, y no en las de los grupos de oposición
laicos que Occidente desea reforzar.
De acuerdo
con un artículo publicado en el New York Times, países como Arabia Saudita y
Qatar, están suministrando armas a los rebeldes sirios, mientras otros aliados
extranjeros como EE.UU., proporcionan ayuda logística para las operaciones
militares.
Sin embargo,
según informó el diario, la mayoría de las armas se entregan a yihadistas, en
lugar de a los grupos de oposición menos radicalizados que Occidente desea
reforzar.
"Los
grupos de la oposición que están recibiendo la mayor parte de la ayuda letal,
son precisamente los que no queremos que la tengan", indicó un funcionario
estadounidense. Según 'New York Times', la situación podría ser favorable para
el objetivo a corto plazo de derrocar al Gobierno de Bashar al Assad, pero lo
que le preocupa a los funcionarios estadounidenses, es que los grupos
extremistas mejor armados sean quienes acaben llenando el vacío de poder. Esto
podría significar en el futuro una Siria islamista hostil a EE.UU.
Un
diplomático en Oriente Medio, que habló bajo la condición de mantener el
anonimato, dijo que los diversos grupos rebeldes sirios, carecen de un
liderazgo militar común y de planificación estratégica para el periodo
posterior a la guerra, y que en ellos se desarrollan numerosas luchas internas.
La situación
puede tener consecuencias para las próximas elecciones presidenciales en EE.UU.
Por un lado, la administración Obama ha estado evitando el envío directo de
armas, así como la aprobación del suministro de armas pesadas, argumentando
precisamente que desconfían de quiénes las utilizarán finalmente.
Por su parte,
el candidato republicano, Mitt Romney, indicó este lunes, que se aseguraría de
que los grupos rebeldes "que comparten nuestros valores, obtengan las
armas que necesitan para derrotar a los tanques, helicópteros y cazas de Al
Assad". Aunque no especificó si EE.UU. sería el responsable de
suministrarlas, eso supondría aprobar la transferencia de armas como misiles
antitanques y antiaéreos, que son mucho más potentes que los que Washington ha
estado dispuesto a aprobar hasta ahora.
En el pasado,
EE.UU. ya apoyó a fuerzas que más tarde se volvieron contra sus intereses. Por
ejemplo, el movimiento talibán, que libra una insurgencia de 11 años contra las
tropas estadounidenses y sus aliados en Afganistán y Pakistán, se armó y
entrenó inicialmente con la ayuda de Washington, para luchar contra la
ocupación soviética de Afganistán en la década de 1980. El artículo, basado en
entrevistas con funcionarios estadounidenses y diplomáticos en Oriente Medio,
fue publicado este lunes. R.T.
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