"La
despenalización del consumo de drogas, puede ser una forma eficaz de
'descongestionar' las cárceles, redistribuir recursos para asignarlos al
tratamiento, y facilitar la rehabilitación", sostiene un informe de 22
páginas de la Oficina de las Naciones Unidas, contra la Droga y el Delito
(ONUDD).
La
despenalización del consumo personal, que se aplica en algunos países europeos,
en otros como Canadá o Australia, así como en naciones latinoamericanas como
Brasil o Chile, supone que el uso de drogas no sea un delito, sino que se
sanciona con alternativas, como multas o terapias, al encarcelamiento.
En Uruguay
fue legalizada la compraventa y el cultivo de marihuana, y se estableció la
creación de un ente estatal regulador de la droga.
En cualquier
caso, la despenalización no supone una legalización ni liberar el acceso a la
droga, que según los tratados solo puede usarse con fines médicos y científicos
pero no recreativos.
Por tanto, el
consumo seguiría siendo sancionable (con multas o terapias obligatorias) pero
deja de ser un delito penal.
La ONUDD,
dice que se debe de considerar a los consumidores de estupefacientes, como
"pacientes en tratamiento" y no como "delincuentes".
El próximo
jueves y viernes en Viena, la comunidad internacional evaluará en la Comisión
de Estupefacientes de la ONU, la situación del problema de las drogas y si se
cumplen los objetivos pactados en 2009, en una hoja de ruta para una década que
terminará en 2019.
La ONUDD,
reconoce las dificultades que enfrentan para tener precisión sobre las
tendencias globales de las drogas, debido a la carencia de datos fidedignos
sobre el narcotráfico, el dinero negro de los estupefacientes y la fabricación
de sustancias sintéticas, entre otros aspectos.
También
indica que: "el tráfico de drogas desencadenó una oleada de
violencia" en América Latina, y que en "algunos países de
Centroamérica, se registraron los índices de homicidio más elevados del mundo,
a menudo con cifras de muertos, superiores a las de algunos países afectados
por conflictos armados".
El documento,
citado por la agencia de noticias Efe, incide en que la normativa internacional
sobre drogas es tan flexible como para aplicar otras políticas, más centradas
en la salud pública y menos en la represión.
Además,
destaca la importancia de la prevención y el tratamiento, y subraya que los
derechos humanos se deben de respetar siempre a la hora de combatir las drogas
y critica la aplicación de la pena de muerte por delitos de tráfico o consumo
de estupefacientes. Fuente: Télam.
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