TE ESCRACHO YA: TODOS TRAS UNA TAJADA 2: UCRANIA, CON EEUU Y EUROPA O CON RUSIA.

martes, 4 de marzo de 2014

TODOS TRAS UNA TAJADA 2: UCRANIA, CON EEUU Y EUROPA O CON RUSIA.

Son diversas las versiones en torno al futuro de Ucrania. Como en todos los casos, depende de los intereses al que adhieran quiénes formulen su opinión. Así, en medio de la tensión, el músico Emir Kusturica se jugó por una Ucrania rusa, no sin antes pronosticar que su futuro será semejante al que se vivió en la ex Yugoslavia. "Lamento muchísimo que esto sea así. Ahora está sucediendo un desastre similar", dijo Kusturica en un comentario concedido a la agencia de información Itar-Tass. "Pienso que Rusia debe proteger a los rusos que viven en Ucrania", agregó.
Por ello, vamos a realizar, desde MDZ, un paseo por puntos de vista, para poder tomar y dejar lo que nos interese y poder configurar una opinión sobre la situación de Ucrania.
Quiénes con quiénes: Vlast es una conocida revista de análisis rusa. La agencia de noticias de ese país RIA Novosti tradujo al español su punto de vista en torno a la situación de Ucrania, de esta manera: "No solo los intereses de largo plazo definen la política de Occidente hacia Ucrania sino también personas concretas; la revista Vlast examinó quiénes son. A principios de diciembre de 2013 el presidente de EE.UU., Barack Obama realizó una serie de consultas sobre Ucrania. Algunos asesores le exhortaban que aplicase una política mucho más activa presionando al mandatario ucraniano, Víctor Yanukóvich, y Moscú".
Y continúa: "Entonces, según una fuente, Obama declaró que para él Ucrania no es una prioridad, a diferencia de Siria y Oriente Próximo, y que no tiene la intención de estropear las relaciones con los rusos. Efectivamente, pocas personas en Washington realmente se inquietaban por el país eslavo en aquellos momentos". Vlast sostiene que "al cabo de un par de semanas, después de que comenzaran los enfrentamientos entre los manifestantes y los antidisturbios, la situación cambió. Los medios de EE.UU.,  dieron una amplia cobertura al tema despertando el interés de los estadounidenses".
"Sin embargo -continúa su análisis- sigue habiendo muy pocos políticos que verdaderamente toman a pecho el futuro de Ucrania. Entre ellos está Victoria Nuland que es nieta de un judío que emigró a Nueva York de la Rusia zarista, probablemente, de Ucrania. La diplomática del Departamento de Estado se especializó en la URSS y más tarde en los países postsoviéticos. Parece que es partidaria de la política neoconservadora". Vlast recuerda que "durante la Revolución Naranja Nuland se ocupó de la situación en Ucrania. ´Para ella fue un momento muy importante, la transición del modelo postsoviético a la democracia. Si hubo una participación de EE.UU., fue Nuland que la orquestó´ dijo un experto estadounidense. Los acontecimientos que siguieron le causaron a Nuland una gran decepción. Así que la situación actual podría dar una oportunidad para acabar lo que no logró en 2004"
Y agrega que "para el Departamento de Estado de EE.UU., Nuland es la mayor experta en Ucrania. En la UE ocupa la misma posición el comisario para asuntos de ampliación y política europea, Stefan Fule. Varios funcionarios europeos incluso afirman que el proyecto Cooperación Oriental, destinado a reforzar la influencia de la UE en países postsoviéticos, le interesa solo a Fule. Fule -explica Vlast-  oriundo de la ex Checoslovaquia, estudió diplomacia en la U.R.S.S. En su equipo trabajan muchos sus compañeros de la universidad de los ex países soviéticos. Una fuente de Exteriores alemán indicó que solo desde hace poco Francia y Alemania empezaron a cuestionar su política por parcial". Finalmente, sostiene que "la firma del acuerdo de asociación entre Ucrania y la U.E. sería una gran victoria para Fule y, probablemente, le permitiría acercarse a su sueño: encabezar la diplomacia europea".
Qué es Rusia: El politólogo Roger Senserrich, en Politikon.es, escribe una "nota rápida sobre Rusia". Es interesante leerla y por eso la reproducimos, porque nos habla de uno de los protagonistas del conflicto. Claro que, como decimos e insistimos, es un punto de vista, no "el" punto de vista.
Advierte que "en los comentarios de los artículos sobre Ucrania hay gente repitiendo algo que es bastante común en las tertulias alarmistas de todo el mundo: Rusia ha renacido de sus cenizas y está en ascenso. Occidente está (otra vez) en decadencia. Dejando de lado el hecho que si Rusia estuviera efectivamente resurgente cada vez que los intelectuales conservadores de occidente anuncian la amenaza de Moscú Putin a estas alturas estaría colonizando Alfa Centauri, es una idea  equivocada". Propone algo en su artículo: "Miremos a la Rusia de hace 25-30 años, en los últimos años de la Unión Soviética. Si miramos más allá de su afición por construir tanques, la U.R.S.S. era un país gigantesco atenazado por una base tecnológica cada vez más obsoleta (nunca llegaron a la revolución digital), cada vez más dependiente de la explotación de sus recursos minerales y atenazada por un sistema político autoritario, corrupto y esclerótico que impedía aprobar reformas de calado".
El autor, español radicado en EE.UU., indica que "la Rusia del 2014 es un país muy parecido: una base tecnológica e industrial obsoleta, cada vez más dependiente de la explotación de sus recursos minerales y atenazada por un sistema político corrupto y autoritario, sólo que robando en nombre de la libre empresa en vez de los ideales de la revolución. Lo único que ha cambiado desde 1989 es que el petróleo es más caro, no hay un Imperio soviético que subvencionar por razones ideológicas y que Rusia ahora se enfrenta a una crisis demográfica  espantosa a medio plazo. Rusia parece rica y poderosa porque sus recursos naturales le permiten comprar cachivaches y sobornar tiranuelos en su entorno más inmediato. Los problemas estructurales a largo plazo que acabaron con la U.R.S.S. hace tres décadas, sin embargo, siguen ahí".
"Putin -dice Senserrich-  podría utilizar las riquezas minerales del país para financiar un modelo de desarrollo económico que no dependa de ellas, aumentando la capacidad del país de producir riqueza, haciendo las estructuras del estado más eficaces y abriendo el país al exterior.  Como buen país sufriendo de la maldición de los recursos naturales, sin embargo, está haciendo exactamente lo contrario. Los recursos minerales no duran eternamente, ni siquiera en Rusia. Es un país que está perdiendo fuerza y poder con cada año que pasa, no lo contrario".
Ucrania interior: Pero a la hora de hablar de Ucrania, el territorio en cuestión, el periodista de El País José M. Fajardo anticipa, ya desde el título de su columna, que "huele a guerra civil". Se ha dicho -lo dijo en Twitter otro periodista de esa "casa", Miguel Ángel Bastenier, el lunes- que si hay paz, será con una Ucrania dividida.
Fajardo, en su nota, advierte que "sin un cambio fundamental en la política económica, sin una rotunda voluntad de transformar las estructuras del país, Ucrania no resistirá". Dice que "las tensiones identitarias sólo son peligrosas si la situación económica se degrada. Mientras el este y el sur de Ucrania podían crecer económicamente, vendiendo a Rusia y a Occidente, pero manteniendo las libertades ucranias, esa peculiar mezcla de tolerancia y corrupción, nadie pensaba en una separación del resto del Estado. El abismo económico al que se dirigía el país bajo la falta de dirección de Yanukóvich y su casta de magnates hizo reaccionar a las masas, pero las respuestas, habida cuenta de los resquemores étnicos y los intereses propios, han sido muy distintas en distintas regiones".
Agrega en su análisis para el diario madrileño que "la situación no es tan simple como la presentan muchos analistas. La división evidente entre los ucranios no es puramente lingüística, ni étnica, ni ideológica". "Escucho  -escribe Fajardo- en la televisión ucrania los discursos en directo desde el Maidán y me encuentro con lo que ya he visto muchas otras veces, en las ciudades y los pueblos: un político habla en ruso, el siguiente en ucranio, hay otro que comienza en ruso y termina diciendo frases en ucranio. Rusos y ucranianos —incluso los nacionalistas— se sienten parte de un mismo tronco étnico. Pero eso no implica que quieran lo mismo". Por ello, informa en definitiva que "las divisiones cruzan las mismas familias, el puesto de trabajo marca también la conciencia: quienes dependen de que sus empresas vendan a Rusia no ven con buenos ojos a la UE, los estudiantes que han vivido y estudiado en Fráncfort del Oder, Berlín o París quieren disfrutar también en Kiev de las libertades ciudadanas que han disfrutado durante los meses o años pasados en la Europa comunitaria. Es cierto que ni la crisis del euro, ni las imposiciones alemanas a Grecia y los países deudores, ni la constante impotencia internacional de la U.E. han ayudado a incrementar la confianza en una organización que muchos —sobre todo los más ancianos— siguen percibiendo como un enemigo de tiempos de la Guerra Fría. La U.E. —y todas sus formas anteriores— fueron difamadas acerbamente por la propaganda oficial en la U.R.S.S. y lo siguen siendo ahora en Rusia. Los nacionalistas ucranios —fuertes en el oeste del país— son temidos en el este y contemplados como fascistas y criminales. Es el resultado de la demonización del nacionalismo ucranio llevada a cabo por el régimen soviético, pero hunde sus raíces en un proceso histórico: el nacionalismo radical ucranio realizó una campaña de limpieza étnica durante la Segunda Guerra Mundial en la que murieron al menos 50.000 conciudadanos polacos (aunque las propias milicias polacas respondieran acabando con otros 15.000 ucranios). Con la ocupación de Ucrania Occidental por la U.R.S.S. al término de la guerra, los radicales lanzaron una guerra de guerrillas de alta intensidad que les llevó a ser aniquilados por las fuerzas del Ministerio del Interior soviético. Es con estos nacionalistas, con su legado, con el que se identifican los ultras actuales. Su rechazo a todo lo que recuerde a Rusia —y Yanukóvich era para ellos un siervo ruso— les imposibilita para llegar a acuerdos. Ellos tienen una agenda propia, su objetivo no es la democracia, pero su lucha ha servido para quebrar el sistema".
Crimea, ni nuestro ni suyo: Un análisis interesante, que no ocupa espacio en los grandes medios, pero que viene al caso en este "dossier", es el del colectivo ruso "Izquierda Abierta". En un documento difundido por el portal SinPermiso.info, sostiene que "los eventos en Ucrania ocurren a una velocidad aterradora. Esta declaración fue preparada por los editores de la página web rusa  OpenLeft en la mañana del 1 de marzo de 2014. Hoy, 2 de marzo, a las 2 pm, los rusos en diferentes ciudades celebran concentraciones contra una posible intervención rusa en Ucrania".
"La península ucraniana -dice el grupo político de izquierda ruso- ha tenido la mala suerte de encontrarse en la intersección de las ambiciones imperialistas de Rusia y las políticas nacionalistas irracionales de la ´nueva´ Ucrania. Izquierda Abierta declara: el movimiento de auto-determinación de Crimea precede tanto a los juegos imperialistas rusos como al frenesí nacionalista ucraniano".
Y señala que "hoy más que nunca es necesario llamar a las cosas por su nombre: lo que está pasando en Crimea en estos días es un acto clásico de intervención imperialista por parte del Estado ruso. Es una estúpida, cobarde e inconsecuente intervención, - que es también como el régimen de Vladimir Putin puede ser descrito. El plan para presionar a Ucrania se está escribiendo sobre la marcha: hace dos semanas, el Kremlin, sin pensar en las consecuencias, presionaba a Yanukovich para que dispersase por la fuerza más brutal a los concentrados en Maidan, hace una semana que esta apoyando el fallido Parlamento ´separatista´ en Kharkiv de unos funcionarios del estado ucraniano desorientados, y en estos momentos está jugando la ´carta Crimea´, aparentemente olvidada durante la última década".
"Los dos primeros -dice- planes fallaron: el primero de forma rápida y sangrienta, el segundo casi de inmediato y vergonzosamente. Es difícil decir cuánto tardará en fracasar el relativo a Crimea, pero sin duda lo hará. El Estado ruso ha demostrado en repetidas ocasiones lo rápido que puede abandonar a sus aliados. Y desde el mismo comienzo de la dramática evolución de la situación en Crimea, el Kremlin también ha estado enviando señales distintivas de una retirada potencial. A pesar de que las tropas rusas se han apoderado de una serie de instalaciones estratégicas y ostentan prácticamente el control del espacio aéreo sobre la península, la postura oficial sigue siendo que lo que está sucediendo no es más que un "conflicto interno" y unas maniobras militares previstas desde hace tiempo. Viktor Yanukovich no puede contar con el apoyo sólido de Rusia. Con su doble condición, al mismo tiempo, de presidente legítimo y criminal internacional, Yanukovich ha dado aparentemente una conferencia de prensa en Rostov a la búsqueda de un tercer central. La nueva dirección de Crimea, elegida con la participación directa de Moscú, también sigue siendo un rehén de la situación". Mdzol

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