Sus extremidades están cotizadas por un valor de 3 mil dólares en el mercado negro.
Un ciudadano tanzano de 50 años ha sido condenado a muerte por el asesinato de una niña albina de 5, según informó este miércoles la prensa local.
"Kazimili Mashauri fue condenado ayer y sentenciado a ser ahorcado por el asesinato de una niña de cinco años, Mariam Emmanuel, que sufría de albinismo", publicó en su página web el periódico Guardian.
Según este medio, el juez "dijo que la corte estaba satisfecha con las pruebas presentadas por el segundo testigo, quien dijo que había visto al sospechoso matar a la niña y beber su sangre".
Aunque el asesinato se produjo el 21 de enero de 2008, el juicio se inició el pasado 6 de julio y ayer la corte emitió la sentencia de muerte para el principal acusado mientras que dejó en libertad a un segundo sospechoso por falta de pruebas.
Con éste, son 10 los condenados a muerte en Tanzania en los últimos tres años por haber matado a personas albinas.
Esto ha fomentado la aparición de un mercado negro en el que partes del cuerpo de albinos alcanzan un gran valor.
Según la prensa del país, docenas de albinos han sido asesinados en Tanzania desde 2007 debido a las creencias extendidas por hechiceros locales de que las pócimas hechas con piel, pelo o partes del cuerpo de albinos traen buena suerte. Los hechiceros locales han extendido la superstición hacia los albinos
El albinismo es una condición genética que conlleva un defecto en la producción de melanina, lo que ocasiona poca o ninguna pigmentación de la piel, el pelo y los ojos.
Ser albino en Tanzania supone un gran peligro. Un total de 53 albinos, incluidos niños, fueron asesinados en los dos últimos años en este país, donde sus extremidades se venden por 3.000 dólares (unos 2.050 euros) en el mercado negro y sirven para elaborar "pociones mágicas", denunció este miércoles la ONG Under The Same Sun.
"La situación está cada vez peor. Las personas albinas son asesinadas porque existe la creencia de que beber su sangre favorece la salud y te hace más poderoso", afirmó el portavoz de la organización, Paul Ash.
"Es un negocio que mueve mucho dinero y es muy lucrativo. Los compradores deben ser políticos y hombres de negocios", apuntó el portavoz, quien explicó que el precio que alcanzan sus extremidades no lo podría pagar ningún ciudadano medio de Tanzania.
Tampoco los menores albinos se libran del peligro. "Conocimos el caso de Miriam, una niña de 5 años. Estaba una noche durmiendo cuando cuatro hombres armados con cuchillos entraron en su casa y le amputaron los brazos y las piernas mientras aún seguía con vida", denunció Ash.
El portavoz pidió a la ONU y a la comunidad internacional que exijan a Tanzania, donde viven unas 170.000 personas albinas, mayor celeridad en la celebración de los juicios pendientes. De hecho, detalló que la semana pasada "se condenó por primera vez a tres hombres por el asesinato de un menor albino de 14 años. El juicio llegó incluso a suspenderse, pero la presión internacional hizo que se reanudara".
Por otro lado, criticó que los albinos son discriminados a la hora de conseguir un empleo, por lo que muchos terminan trabajando en el campo, un lugar no muy recomendable para ellos dado que son especialmente sensibles al sol y trabajan sin sombrero ni protección solar, por lo que están expuestos al cáncer de piel.
"Por eso la esperanza de vida de los albinos en Tanzania es de tan sólo 30 años, cuando en condiciones normales viven tanto como cualquier otra persona", lamentó. Además, a veces son los parientes los que impiden que los niños albinos acudan al colegio, al no considerarles lo suficientemente inteligentes.
"Algunos incluso sacrifican a los bebés cuando nacen albinos porque creen que es un motivo de vergüenza o que los vecinos pensarán que la mujer se acostó con un hombre blanco", añadió.
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