Al menos siete combatientes favorables
al régimen sirio y 17 rebeldes murieron hoy en un ataque protagonizado por tres
grupos islamistas para conquistar un paso fronterizo con Turquía, anunciaron
una ONG y la agencia Sana. Los grupos Frente Al Nosra -la rama siria de Al
Qaeda- Sham Al Islam y Ansar al-Sham "luchan ferozmente alrededor del paso
fronterizo de Kasab, en manos del régimen, en la provincia de Latakia",
declaró a la AFP el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH),
Rami Abdel Rahman.
"Se apoderaron de garitas de
vigilancia y de algunos inmuebles en el área, pero aún no lo controlan",
precisó el portavoz de la ONG. También se apoderaron de una colina vecina y
dispararon con morteros sobre Kasab y un cercano pueblo alauita, Karsana, con
un saldo de cinco personas muertas, entre ellas un niño. La televisión pública
siria mencionó esos combates, que describió como intentos de
"terroristas" de "infiltrarse desde Turquía" a través de
esos pasos en el noroeste del país.
Según la agencia oficial Sana, 17
rebeldes murieron, entre ellos el "emir" (jefe) del Frente Al Nosra
en la provincia de Latakia. Esa zona está considerada bastión del régimen por
ser de confesión alauita, como el presidente Bashar Al Asad, cuya aldea natal
se encuentra en la provincia. El ataque, tras las recientes derrotas sufridas,
es parte de una ofensiva de los rebeldes sirios iniciada hoy contra los feudos
del régimen de Bashar al Asad en la costa mediterránea, en las provincias de
Tartús y de Latakia, donde tomaron el control de un puesto fronterizo con
Turquía.
Al amanecer, el Frente al Nosra, el
Movimiento del Levante Islámico (Sham al Islam) y la brigada de los Seguidores
del Levante (Ansar al Sham) comenzaron la llamada "Batalla del
botín", en un intento de avanzar por las zonas costeras del oeste del
país. En un vídeo colgado en internet, un portavoz del Frente al Nosra declaró
el lanzamiento oficial de esta ofensiva. "Estamos en la costa siria
después de desenvainar nuestras espadas y no nos marcharemos hasta que nuestras
familias estén a salvo de la injusticia en el territorio sirio, se levante el
cerco a todas las ciudades y se libere a los prisioneros", explicó.
La filial de Al Qaeda en Siria
advirtió de que, si estas condiciones no se cumplen, "las espadas" se
alzarán entre los seguidores del régimen y los islamistas en la "Batalla
del botín". En la grabación, cuya autenticidad no pudo ser comprobada, el
grupo anunció también la formación de una sala de operaciones para
"golpear al enemigo en su propia casa".
El Frente Islámico, la mayor alianza
opositora islamista de Siria, que en ocasiones colabora con el Frente al Nosra,
difundió a través de la red social Twitter varias grabaciones, con rebeldes
disparando baterías antiaéreas en un área rural de Latakia.
Latakia y Tartús acogen a gran parte
de la minoría alauí a la que pertenece el presidente Bashar al Asad y son dos
de los principales feudos gubernamentales. Hasta ahora, en estas dos provincias
apenas se habían registrado choques entre el ejército y los opositores. Desde
el puerto de Latakia están saliendo del país las armas químicas del régimen, de
acuerdo a lo pactado con la misión conjunta de la Organización para la
Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y Naciones Unidas.
Dicha misión anunció el jueves que
hasta la fecha se ha destruido o retirado de Siria algo más de la mitad del
arsenal químico (el 53.6 %). Los insurgentes lanzaron la ofensiva en la costa
siria después de haber sufrido recientemente derrotas significativas en otras
partes del país. En la región de Al Qalamún, al norte de Damasco y fronteriza
con el Líbano, el ejército tomó el domingo pasado el control de Yabrud, la
última ciudad importante de esa zona que quedaba en manos insurgentes.
Por Al Qalamún pasa la carretera que
une la capital con Latakia y Tartús y que está sirviendo para transportar las
armas químicas. Con el control de esta región, las autoridades pueden cortar la
principal vía de suministros desde el Líbano y el norte a los insurgentes que
están en los alrededores de Damasco.
De otra parte, más de 400 familias
sirias han huido desde el 15 de marzo al Líbano, donde, según el Alto
Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), hay ya 979,279
refugiados sirios. En su informe semanal, ACNUR señaló hoy que los últimos
llegados proceden de la ciudad siria de Yabrud (al norte de Damasco), que cayó
el pasado domingo en manos del Ejército sirio apoyado por el grupo chiíta
Hezbolá, y se han instalado en la región fronteriza de Arsal, donde en los
últimos tres días tuvo que suspenderse de forma temporal la ayuda humanitaria
debido a los repetidos ataques aéreos.
La aviación siria ha intensificado sus
bombardeos contra esa región fronteriza, alegando que trata de impedir la
llegada de rebeldes sirios. Las autoridades libanesas han hecho varios
llamamientos de ayuda a la comunidad internacional para poder hacer frente al
problema de los refugiados sirios, ya que el país carece de los medios
necesarios para acogerlos. El Líbano rechaza establecer campamentos por miedo a
repetir la experiencia de los refugiados palestinos, unos 400 mil según la ONU,
que están asentados en el Líbano desde 1948 por la creación del Estado de
Israel. Milenio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario