Siria acusó este miércoles a Israel,
de "amenazar" la seguridad en Oriente Medio, por bombardear
posiciones sirias en los Altos del Golán, en respuesta a un atentado contra
soldados israelíes, lo que podría desencadenar un conflicto entre ambos países
tras décadas de calma.
El ataque aéreo israelí la madrugada
del miércoles, dejó un muerto y siete heridos, según las fuerzas armadas
sirias. "Advertimos [a Israel] contra los intentos desesperados incitando
a la escalada de tensión. La repetición de estos actos agresivos amenaza la
seguridad de la región", indicó el ejército sirio en un comunicado.
Israel bombardeó la madrugada del
miércoles posiciones del ejército sirio en respuesta a un atentado con bomba,
que hirió a cuatro soldados israelíes cuando patrullaban en la línea de
demarcación entre Siria e Israel en los Altos del Golán. "Atacamos a quien
nos ataca", dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, durante
el Consejo de Ministros. "Se trata de elementos sirios que no solo
permitieron, sino que también cooperaron en los ataques contra nuestras
fuerzas", añadió.
Netanyahu indicó también que Israel
continuaría prohibiendo "el traslado de armas por aire, mar y
tierra", en referencia a los equipos militares destinados al movimiento
chiita libanés, Hezbolá, que combate en Siria junto a las fuerzas del
presidente sirio, Bashar al Asad. Periodistas de la AFP vieron el miércoles a
mediodía tres carros de combate israelíes apostados cerca de la frontera de
demarcación entre ambos territorios, cerca de Majdal Shams, capital de las
localidades drusas del Golán.
El ministro israelí de Defensa, Moshé
Yaalon, había atribuido poco antes al régimen de Bashar al Asad "todo lo
que ocurre" en su territorio. "Si continúa cooperando con elementos
terroristas que quieren dañar a Israel, le haremos pagar un precio muy
alto", dijo Yaalon. El bombardeo israelí se produjo "contra varias
posiciones militares sirias, que sirvieron para realizar el ataque contra el
personal militar ayer", dijo el ejército de Israel en un comunicado.
El atentado con bomba, producido en la
parte ocupada desde 1967 por el Estado hebreo en la meseta del Golán, dejó
cuatro soldados heridos, uno de ellos de gravedad. Este ataque aéreo es el
episodio más violento desde la guerra de 1973 en las inmediaciones de la línea
de demarcación entre la parte siria e israelí de los Altos del Golán. Algunas
zonas del lado sirio de esta región están controladas por los rebeldes que
luchan contra las fuerzas de Bashar al Asad, entre ellos grupos yihadistas
hostiles a Israel. Según el Estado hebreo, Hezbolá, aliado de Asad y enemigo de
Israel, también está presente en el lado sirio del Golán.
"No toleraremos ningún atentado
contra nuestra soberanía, nuestros soldados o nuestros ciudadanos. Responderemos
con determinación y con fuerza (...) cuando y donde sea, como hicimos esta
noche", añadió Yaalon. El ejército sirio consideró que el ataque israelí
busca "desviar la atención de las sucesivas victorias" de las fuerzas
de Bashar al Asad en la guerra de Siria, que este mes entró en su cuarto año.
Al igual que numerosos analistas de seguridad israelíes, el general Amos Yadlin
estima que el régimen sirio podría estar detrás del ataque del martes contra un
jeep militar israelí.
"El ataque de ayer era profesional.
No hay lugar a dudas de que los sirios estaban informados y, puede ser, que lo
llevaran a cabo en nombre de Hezbolá", indicó Yadlin en una entrevista con
la radio militar. Se trata del tercer incidente en las últimas dos semanas en
la frontera septentrional de Israel. Los oficiales israelíes culpan al ejército
sirio de complicidad en estos ataques. Los dos ataques anteriores, el 5 y el 14
de marzo, los atribuyeron a Hezbolá, el movimiento chiita libanés que libró una
sangrienta guerra contra Israel en 2006.
En esta ocasión, Israel no apuntó
directamente a Hezbolá, si bien Netanyahu indicó el martes que el número de
"yihadistas y de elementos de Hezbolá" aumenta en la parte siria de
los Altos del Golán. Aunque por ahora nadie reivindicó el atentado del martes,
los analistas señalan similitudes con el cometido la semana pasada contra
tropas israelíes en la frontera con Líbano, atribuido al Hezbolá.
Israel ocupó la estratégica meseta del
Golán en la Guerra de los Seis Días, de 1967, y la anexó en 1981, sin ningún
reconocimiento de la comunidad internacional. Siria e Israel continúan
oficialmente en guerra. No obstante, la línea de demarcación en los Altos del
Golán está considerada como una frontera tranquila desde el final de la guerra
de Yom Kipur en 1973.
De otra parte, el ejército sirio entró
este miércoles en la localidad de Al Hosn, donde se encuentra la célebre
fortaleza cruzada del Krak de los Caballeros, en la provincia de Homs (centro),
indicó a la AFP una fuente de los servicios de seguridad. "El ejército
entró en Al Hosn y se apoderó de dos barrios de la aldea. Está bombardeando
alrededor del Krak de los Caballeros para poder controlar ese castillo",
precisó esta fuente. En varias oportunidades se han registrado combates
alrededor de esta ciudadela medieval.
En una región cercana, dos insurgentes
murieron en una emboscada del ejército que destruyó embarcaciones de
transportes de armas, al oeste de la aldea de Zara, que el 8 de marzo cayó en
manos de las tropas sirias, según la agencia oficial SANA. Por otra parte, el
ejército gubernamental combatía en la región de Qalamun, al norte de Damasco, a
poca distancia de la frontera libanesa, donde el domingo se apoderó de la
ciudad de Yabrud.
Según el Observatorio Sirio de
Derechos Humanos (OSDH), violentos enfrentamientos se registraban entre
soldados y rebeldes en un puesto de control de la ciudad de Rankus. Las tropas
y las milicias partidarias del régimen de Bashar al Asad, apoyadas por el
Hezbolá chiita libanés, luchaban contra los rebeldes y las fuerzas yihadistas
alrededor de las aldeas de Baja y Jobé, en la región de Qalamun, según el OSDH.
En el sur del país, los rebeldes se apoderaron de la prisión central de Gharaz,
en la provincia de Dera, liberando a varios prisioneros, señaló el OSDH.
En Ghuta oriental, cerca de Damasco,
dos niños murieron por falta de alimentos y medicinas, en una zona sitiada por
el régimen desde hace un año. Milenio.
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