La oposición
venezolana convocó ayer a sus simpatizantes, a participar este día en una nueva
marcha contra la escasez de productos básicos en el país, una movilización a la
que el gobierno negó el permiso para transitar por las zonas chavistas, al
considerar que “puede tornarse violenta”.
“Mañana
movilización nacional contra uno de los graves problemas que afecta y une a
TODOS los venezolanos: ESCASEZ”, escribió el líder de la oposición venezolana
Henrique Capriles en su cuenta de Twitter.
También la
diputada opositora María Corina Machado convocó por la misma red social a salir
hoy a la calle, Día de la Mujer, y protestar “frente a un régimen” que mata
“con balas y con hambre”.
La marcha
está organizada para que se desarrolle desde su inicio hasta su fin en el
municipio caraqueño de Libertador donde gobierna el alcalde chavista Jorge
Rodríguez, quien anoche anunció por Twitter que negó el permiso para que se
realice la manifestación.
“Quiero
informar a través de esta vía que no (hay permiso para) ninguna marcha de la
derecha mañana sábado en el mun libertador”, escribió Rodríguez que agregó en
otro mensaje: “Debemos resguardar la vida y los bienes de los habitantes del
municipio, x tanto hemos negado el permiso a una marcha que pueda tornarse
violenta”.
En un
siguiente escrito reiteró: “El Mun Libertador es un municipio de paz y libre de
fascismo, y así lo mantendremos”.
El gobierno
de Venezuela celebró ayer como una “victoria de la dignidad” la declaración de
solidaridad del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos
(OEA) en la que pide que continúe el diálogo y lamenta las muertes en el país
con 29 votos a fvor y tres en contra, los de Estados Unidos, Canadá y Panamá.
“Más que de
Venezuela, creo que una victoria de la dignidad de la América Latina y
caribeña”, dijo el canciller venezolano Elías Jaua, durante un contacto
telefónico con el canal estatal VTV en el que también señaló que esa
declaración es “a favor de la paz, del diálogo y de la institucionalidad
democrática” en el país.
Jaua apuntó
que “todo el laborioso aparato de propaganda que se montó contra Venezuela ha
sido desmoronado por la moral y la verdad del pueblo venezolano”.
Añadió que
ahora el mundo sabe que el país caribeño “no confronta a manifestantes
pacíficos”, sino a una “corriente violenta que intenta derrocar al gobierno
legítimo y constitucional de Nicolás Maduro”.
El ministro
de Exteriores venezolano señaló que en la reunión de cancilleres de la Unión de
Naciones Suramericanas (Unasur), que se realizará el próximo miércoles en
Santiago de Chile para tratar la situación de Venezuela, se espera “una
declaración contundente” y que asistirá “con todas las expectativas, y mucho
más después de esta heroica victoria”.
El Consejo
Permanente de la OEA aprobó ayer por mayoría una declaración conjunta en la que
reconoce y “respalda” el diálogo iniciado por Venezuela —iniciativa de Maduro
hacia distintos sectores de la población— y pide su continuación, llama al
respeto de los derechos humanos y expresa su respeto a la no intervención en
los asuntos internos del país.
En el texto
se expresa el “reconocimiento, pleno respaldo y aliento a las iniciativas y los
esfuerzos del Gobierno democráticamente electo de Venezuela y de todos los
sectores políticos, económicos y sociales para que continúen avanzando en el
proceso de diálogo nacional, hacia la reconciliación”.
Además,
muestra su “más enérgico rechazo a toda forma de violencia e intolerancia, y
hace un llamado a todos los sectores a la paz, a la tranquilidad y al respeto a
los derechos humanos y libertades fundamentales, incluyendo los derechos a la
libertad de expresión y reunión pacífica, circulación, salud y educación”.
La reunión de
la OEA se realizó en el marco de una ola de protestas en la que está inmersa
Venezuela desde el pasado 12 de febrero en contra del gobierno y que en algunos
casos se han tornado violentas, al causar al menos 19 muertes, 318 heridos y
mil 103 personas detenidas, según datos oficiales.
El presidente
de Panamá, Ricardo Martinelli, exigió ayer a Venezuela el pago de más de mil
millones de dólares adeudados a empresarios de su país, en una escalada de las
tensiones bilaterales tras la expulsión ordenada por Caracas del embajador y
otros diplomáticos panameños, así como el rompimiento de relaciones. “Venezuela
pareciera ser que está en bancarrota, aunque no debería estarlo porque es un
país muy rico. Ahí hay un verdadero desgreño administrativo y le deben a Panamá
cifras superiores a los mil millones de dólares”, declaró Martinelli a la
prensa y añadió que Caracas “tiene que pagarle a su país”, porque “no hay
excusas”.
Casi de inmediato,
el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, acusó a su par panameño de cobrar
comisiones de 20 por ciento a los empresarios de la Zona Libre de Colón
(Panamá) por los pagos que haga Venezuela, que es un importante comprador. “Yo
dije: paren todos los pagos inmediatamente”, apuntó el chavista, quien acusó a
Martinelli de “utilizar el poder político para enriquecerse”.
Ante la
reacción del venezolano, el presidente panameño escribió a Maduro en Twitter
que no responderá “ataques groseros o falsas acusaciones” que “utiliza para
desviar la atención”. Milenio
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