El gobierno
brasileño de Dilma Rousseff desplegó a 10 mil militares de las tres fuerzas
armadas en los 4 mil kilómetros de fronteras que posee con Uruguay, Argentina,
Paraguay y Bolivia, en el marco del combate a la criminalidad y el tráfico de
explosivos, informó hoy el Ministerio de Defensa.
El ministro
de Defensa, Celso Amorim, informó que los cuatro países vecinos fueron avisados
y convocados para enviar observadores de la Operación Agata 5, a la vez que
ratificó la cooperación militar en el marco de la Unión Sudamericana de
Naciones.
El operativo
que comenzó la noche del lunes y que continuará por dos semanas tiene su foco
en la fiscalización del comercio de productos explosivos.
"La
inteligencia del Ejército brasileño identificó por lo menos seis lugares que
pueden estar proveyendo material para bandas criminales que roban y explotan
cajeros automáticos en el sur de Brasil", dice un comunicado del
Ministerio de Defensa.
El plan forma
parte de la Estrategia Nacional de Defensa lanzada por la presidenta Dilma
Rousseff y completa otros operativos Agata que se realizaron anteriormente, los
últimos en las fronteras con Colombia y Venezuela.
El despliegue
se extiende en la frontera del Chuí, con Uruguay, y en Corumbá, con Bolivia.
Según el Ministerio de Defensa, la Marina envió tres barcos de guerra y un
buque hospital, entre 30 embarcaciones, mientras que la Fuerza Aérea participa
con un avión VANT no tripulado y
escuadrones de cazas Super Tucano y F5.
La operación
también está enfocada en la Triple Frontera que Brasil comparte con Paraguay y
Argentina. Paraguay fue suspendido del Mercosur y de la Unasur tras la
destitución del presidente Fernando Lugo vía un juicio político fulminante, de
casi 30 horas, por parte del Congreso.
En ese marco,
anoche en Sao Paulo el ministro de Defensa brasileño defendió una política
creciente de inversión militar acorde con la "nueva estatura internacional
de Brasil en el siglo XXI".
"Esto
requiere de Fuerzas Armadas continuamente preparadas y modernizadas para la
protección de nuestro patrimonio y nuestros intereses", dijo Amorim, ex
canciller de Luiz Lula da Silva (2003-2010), al abrir IV Encuentro Nacional de
la Asociación Brasileña de Estudios de Defensa, en Sao Paulo.
Amorim
destacó la conformación del Consejo de Defensa en el marco de la Unasur y
defendió la creación de un "cinturón de paz y buena voluntad" en
Sudamérica, región donde prevalece "un ambiente de cooperación".
Frente a los
desafíos brasileños como sexta economía mundial y como líder en biodiversidad,
producción alimentaria y a futuro gran proveedor de petróleo, Amorim subrayó:
"Ser pacífico no es ser indefenso".
"Tenemos
un territorio que nos transforma en uno de los más ricos del planeta y Brasil
debe tener una capacidad disuasoria creíble, que torne extremamente costosa
cualquier intención de agresión externa hacia nuestro país", sostuvo en su
discurso.
El ministro
analizó que con el fin de la Guerra Fría existe una "fuerte sensación de
inseguridad" en el sistema internacional, ante la cual deben modernizarse,
en tiempos de paz, las Fuerzas Armadas, para proveer al Brasil de "medios
para que prevalezca la posición nacional en situaciones de eventuales conflictos",
según divulgó el Ministerio de Defensa.
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