El oficial
Matt Fox, se dispuso a detener a un sujeto que había cometido una infracción en
el pueblo de Lawrence, Indiana. Un operativo de rutina, solo iba a labrar un
acta.
Pero se halló
con la sorpresa de que el infractor, no tenía intenciones de entregarse y, tras
una breve persecución, el hombre que cometió la imprudencia al volante, decidió
detener su vehículo, bajar con una pistola y dispararle nada menos que 12 tiros
en 16 segundos al policía.
El tirador,
luego reconocido como James Lockhart, de 27 años, escapó de la escena del
crimen dando al oficial por muerto, pero Fox había recibido solo 3 de los 12
tiros en su cuerpo y seguía con vida, y estaba lo suficientemente consiente
como para realizar una descripción de su vehículo.
Minutos
después, Lockhart, que tenía un verdadero arsenal en su automóvil, fue rodeado
por varios patrulleros y volvió a disparar. Otro policía y un perro de la
división K-9 -Juego de palabras en inglés, ya que suena "canine",
canino en ese idioma- resultaron heridos en la balacera.
Pero esta
vez, los oficiales respondieron al fuego y el sospechoso murió en el acto. Fox,
mientras tanto, lucha por su vida.
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