El Presidente
Obama podría dar la orden de bombardear Irán a finales de octubre, con el fin
de prevenir que el país islámico desarrolle sus armas nucleares, provocar un
auge nacionalista en EE.UU. y asegurarse la victoria en las presidenciales,
según opina Jacob Heilbrunn, analista de la revista 'The National Interest'.
Con esto el experto está casi seguro de que el golpe demoledor conllevará un
auge patriótico en EE.UU. y así neutralizará las acusaciones de Mitt Romney
sobre la debilidad de la política exterior de Obama, con lo cual este último se
garantizará una fácil victoria en las presidenciales de noviembre. El principal
argumento de Heilbrunn es que Mitt Romney está enfocando su campaña electoral
en los debates centrados sobre Siria e Irán. Tradicionalmente, el visto bueno
de las acciones militares israelíes venía desde Washington, por lo menos cuando
éstas se encontraban en el ámbito de los
intereses estadounidenses. Al contrario, Romney ha prometido a Israel el
derecho a veto en una posible acción militar, indicando que haría (si gana las
elecciones) lo que dijera Benjamin Netanyahu, el premier hebreo. Asimismo el
consejero de Romney para el Oriente Medio, Dan Senor, declaró durante su
reciente estadía en Israel que Romney aboga por la idea de un ataque contra
Irán. Por una parte, Obama no ha ido muy lejos de la idea de dar carta blanca a
Israel en temas de guerra. Pero el mandatario estadounidense no es igual de
obstinado en la idea de destruir cuanto antes el potencial nuclear persa. Sin
embargo, mientras que Netanyahu intenta dar la impresión de liderar el posible
golpe contra Irán y agiliza sus preparativos para la guerra, la administración
de Obama hace todo lo posible para disuadir a su tradicional aliado de
cualquier acción anticipada. Un signo de esta política fue la reciente visita
del Secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta, quien hizo énfasis en
las sanciones. El comentarista estadounidense opina que en medio de los
llamamientos de Romney a “cualquiera y todas las medidas” para detener los
esfuerzos “nucleares” de Irán, Obama podrá suspender las acciones contra la
República Islámica para asestar el golpe en octubre. Si lo logra, será
catalogado de héroe, por la sencilla razón, expone Heilbrunn, de que las
consecuencias de ello (una galopante subida de los precios del crudo, que
sumiría al mundo en otra Gran Depresión)
se dejarán sentir solo algunas semanas después del ataque. Tiempo
suficiente para que Obama asuma otro mandato presidencial, esta vez con fama de
un mandatario duro en asuntos externos, concluye el analista. R.T.
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