El Consejo de Seguridad de la ONU analiza la situación en Siria, país en donde el Gobierno reprime con fuerza las protestas antigubernamentales dejando cientos de muertos y heridos. Sin embargo, todavía no se ha tomado ninguna decisión acerca de una posible reacción a estos acontecimientos, según declaró el Secretario General del organismo, Ban Ki-moon.
"Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU todavía negocian una posible declaración que podrían hacer acerca de la situación en Siria”, afirmó el secretario.
"Observamos la situación con mucha atención y con creciente preocupación. Condeno la violencia que continúa contra los manifestantes pacíficos, sobre todo el uso de tanques y fuego que dejó a centenares de personas muertas y heridas", dijo Ban Ki-moon.
Según comunicó el embajador de Colombia, Néstor Osorio, cuyo país preside el Consejo de Seguridad en abril, la discusión de la situación en Siria está prevista para el miércoles. Añadió que los países "no se están apresurando por nada. Mañana seguiremos con nuestras reuniones, recibiremos un informe más sobre la situación en Siria y de ahí veremos cuál será la actitud del Consejo", asegurando que hay "borradores circulando, pero todavía nada en concreto".
Mientras tanto, el Ejército sirio emprendió una operación de gran escala en la ciudad siria de Deraa, que se ha convertido en un bastión de los rebeldes. Miles de soldados siguen asaltando la ciudad y los medios locales informan sobre combates en el centro de ella. El Gobierno afirma que introdujo al Ejército el 25 de abril por petición de los ciudadanos. Según datos de una organización local de defensa de los derechos humanos, al menos 35 personas fueron asesinadas en Deraa durante los enfrentamientos del servicio de seguridad sirio contra los protestantes.
También aparece información de que tropas supuestamente han entrado en Duma, un suburbio de Damasco.
El presidente de EE. UU., Barack Obama, expresó su indignación por el hecho de la aplicación de fuerza contra los manifestantes.
Además, el Gobierno estadounidense analiza la posibilidad de aplicar sanciones contra el presidente de Siria, Bashar al-Assad, y su Gobierno, tales como un congelamiento de los activos de altos responsables del régimen sirio y la prohibición de establecer tratos comerciales en Estados Unidos.
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