El gobernador de Texas, Rick Perry, pidió apoyo federal para vencer los incendios forestales que, desde que comenzaran hace más de una semana, han afectado ya a casi todos los distritos del estado. Según Perry, la situación se ha vuelto crítica.
“Hemos alcanzado el límite de nuestras posibilidades en el intento de salir de una situación crítica y necesitamos una ayuda urgente en el nivel federal”, escribió Perry en su carta a la Casa Blanca. “Llamo a Barack Obama a atender nuestra petición lo más pronto posible”. Solo con esta ayuda, cree el gobernador, será posible evitar la “catástrofe”.
Si el Gobierno central declara Texas zona de desastre, el estado recibirá el acceso a los recursos federales y amplias posibilidades para incorporar la guardia nacional del país a la lucha contra el fuego.
Por el momento participan en ella todos los bomberos de Texas, junto con colegas de otros 34 estados. A ellos también los ayudan soldados de las Fuerzas Armadas, policías, trabajadores de los servicios comunales y voluntarios. Hasta el momento, tan solo dos de los 254 distritos del estado no se han visto afectados por el fuego.
La causa de esta situación es la primavera más seca en Texas desde el año 1917, acompañada por muy altas temperaturas y fuerte viento, que en algunas zonas alcanza los 35-40 km/h. En estas condiciones los bomberos no tienen posibilidad de acercarse a una distancia corta al fuego, que a veces se extiende a una velocidad de la superficie equivalente a un campo de fútbol por minuto.
Por el momento, el desastre resultó en una víctima mortal entre los bomberos; otros 18 resultaron heridos. La administración del estado ya estima el daño material causado por la situación en varios miles de millones de dólares.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario