A miles de kilómetros de Haití, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Malya Villard Apollo, haitiana y líder de una asociación de mujeres, contó su historia: "Trabajo con víctimas de violencia sexual. Yo misma fui víctima de violación en 1992 y de nuevo en 2003. Vivo en una tienda, en un campamento. He presenciado actos de violencia contra mujeres y he sido testigo de la respuesta completamente inadecuada del gobierno. Desde el terremoto, mi organización ha registrado, al menos, 242 casos de violación. Sin embargo, aún no se ha celebrado ningún juicio. Normalmente, no suelen oírse voces como la mía en este tipo de foros." Aquel testimonio tuvo lugar en junio. Ahora, cuando está a punto de cumplirse un año desde el terremoto de Haití, Amnistía Internacional publica un demoledor informe que demuestra que las niñas y las mujeres que viven en campamentos en Haití corren un riesgo cada vez mayor de sufrir violaciones.
En la oscuridad de los campamentos: Más de 1.050.000 personas continúan viviendo en los 1.199 campamentos que se han levantado en el área de Puerto Príncipe y en el sur del país. "Por la noche, no podemos dormir a causa de la violencia. Los bandidos y los violadores no duermen. No paran de tirotear, amedrentar, dispararnos. Anoche tuvimos que salir del campamento". Habla Guerline. Ella y su hija de 13 años fueron violadas, pero Guerline no pudo identificar a sus agresores porque iban encapuchados. Cuenta a Amnistía Internacional cómo los coches de policía pasan de largo por los campamentos y nunca entran en ellos. "Dormía bajo mi cobijo de lona cuando tres hombres lo rasgaron, entraron y me violaron", relata Denise.
En los primeros 150 días transcurridos después del terremoto de enero, se denunciaron más de 250 casos de violación en varios campamentos, según datos citados en el informe de Amnistía Internacional. Pero todavía y ahora, supervivientes de violación siguen llegando hasta la oficina de un grupo local de apoyo a mujeres.
¿Quiénes las atacan?: En su mayoría, hombres armados que deambulan por la noche en este lugar de sombras, lonas y miedo. Y es que si antes del terremoto la violencia sexual era ya un fenómeno generalizado en Haití, cuando la tierra se desgarró y engulló a más de 230.000 personas, la inseguridad se instaló en la isla.
Los peligros en los campamentos son muchos: no hay vigilancia policial ni tampoco alumbrado nocturno; las zonas están masificados, la desigual distribución de ayuda humanitaria y la falta de acceso a medios para generar ingresos es una puerta abierta a la delincuencia y las bandas armadas llevan a cabo ataques en la más absoluta impunidad.
"Tenemos miedo, nos pueden violar en cualquier momento. Vivimos en la miseria", cuenta Dina. "Las víctimas de violación deben ir al hospital, pero yo no fui, porque no tenía dinero. No sé dónde hay alguna clínica que ofrezca tratamiento médico", dice Suzie, que fue atacada cuando estaba en un improvisado cobijo de la plaza de Dessalines, en Champ de Mars.
La experiencia ha demostrado que el peligro de sufrir violencia de género aumenta con el tiempo para las mujeres y las niñas desplazadas que viven en los campos a causa del deterioro del orden familiar junto con la pérdida de ingresos y medios de subsistencia. "Desde el terremoto se ha producido un colapso total del sistema de orden público de Haití, que ya era frágil, y las mujeres viven en campamentos inseguros y masificados", afirma Gerardo Ducos, investigador sobre Haití de Amnistía Internacional. "Las mujeres, que ya están luchando para aceptar la pérdida de sus seres queridos, sus hogares y sus medios de subsistencia debido al terremoto, sufren ahora el trauma adicional de vivir bajo la amenaza constante de la agresión sexual", añade.
La protección de las mujeres en los campamentos debería ser una prioridad para el próximo Gobierno. Pero de momento, éste no acaba de formarse, y es que la segunda vuelta de las elecciones, cuya primera vuelta fue el 28 de noviembre, no se celebrará hasta febrero. Según Walter Kälin, representante del secretario general de la ONU sobre los derechos humanos de los desplazados internos, "la falta de avances en la seguridad del alojamiento estriba en una negligencia aún mayor por parte del gobierno de Haití, que no ha formulado ni comunicado al público ningún plan sobre la gestión de los campamentos, lo que afecta también al trabajo de la Comisión Interina para la Reconstrucción de Haití".
De momento, Amnistía Internacional ha pedido al nuevo Ejecutivo que adopte medidas urgentes para poner fin a la violencia contra las mujeres dentro de un plan más amplio destinado a abordar el esfuerzo humanitario.
Entre las medidas inmediatas figuran mejorar la seguridad en los campamentos, garantizar que la policía tenga capacidad para responder efectivamente y que los responsables sean enjuiciados. Fuente el Mundo
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