En los últimos cinco años, el Gobierno de Estados Unidos ha perdido 600 millones de dólares en pagos indebidos a personas ya fallecidas, según un informe de la Oficina de Gestión de Personal (OPM por sus siglas en inglés).
El dinero proviene de un fondo de pensiones para trabajadores jubilados o discapacitados, pero debido a fallos del sistema, los pagos continuaban durante años, a veces incluso después de la muerte del beneficiario.
En uno de los casos mencionados en el informe, el hijo de un beneficiario continuó recibiendo cheques durante 37 años aunque su padre había fallecido en 1971. El caso fue descubierto tras la muerte del hijo en 2008.
Comparando con los datos de un informe semejante de 2005, los pagos indebidos crecieron un 70%. El Gobierno, que atraviesa una fuerte crisis financiera, ha redoblado sus esfuerzos por combatir el fraude y el derroche de fondos federales.
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