Los secuestros y desapariciones de las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet durante la dictadura militar fueron "un error y un horror", afirmó hoy el ex oficial de inteligencia de la ESMA Antonio Pernías, acusado de crímenes de lesa humanidad, quien aseguró además que las torturas se aplicaban "lo más humanamente posible".
A la vez, el ex marino admitió la existencia de "traslados" de prisioneros, en referencia a los "vuelos de la muerte" desde los cuales arrojaban vivos y dopados al Río de la Plata a detenidos ilegales del régimen de facto.
Pernías declaró por segunda vez en el juicio que se sigue a 17 represores por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y negó que los oficiales o suboficiales tomaran decisiones sobre los "traslados" de prisioneros, ya que eso, dijo, era una orden daba por los altos mandos.
Los llamados "traslados" eran los conocidos "vuelos de la muerte" en los que se dopaba, se subían a aviones y se arrojaban vivos al Río de la Plata a los prisiones que la dictadura decidía que debían morir.
El represor también sostuvo que las torturas que se aplicaban "eran lo más humanamente posible" y que "no había ensañamiento" porque el objetivo era obtener información. Agregó que los tormentos se aplicaban durante 15 minutos porque "si no se sacaba información después de ese tiempo, ya no servía".
"Personas de bien", calificó a los marinos que participan de las sesiones de tortura y recordó que ese método para obtener información también era aceptado en países como Irlanda e Israel.
Pernías calificó como "guerra cruel" al terrorismo de Estado que aplicó la última dictadura militar a partir el 24 de marzo de 1976. El ex oficial de inteligencia también negó que haya participado en el secuestro de las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet y calificó a ese hecho como "un error y un horror".
Las religiosas estuvieron detenidas en la ESMA luego de ser atrapadas por un grupo de tareas encabezado por el ex capitán Alfredo Astiz en la Iglesia de la Santa Cruz de esta capital, donde se reunían familiares de desaparecidos.
"No declaro para defenderme, sino por la búsqueda de la verdad, por la sangre de todos los que murieron. La guerra no la quise ni la busqué. Pero fue inevitable, y como militar, debí afrontarla", sostuvo Pernías.
El juicio está a cargo del Tribunal Oral Federal 5 y junto con Pernías y Astiz también están siendo juzgados Jorge "El Tigre" Acosta, Juan Antonio Azic, Carlos Capdevilla, Ricardo Miguel Cavallo, Julio César Coronel, Adolfo Donda, Juan Carlos Fotea, Manuel García Tallada, Pablo García Velazco, Alberto González, Oscar Montes, Jorge Radice, Juan Carlos Rolón, Raúl Scheller y Ernesto Weber.
La ESMA fue el centro clandestino de detención de la última dictadura militar que estaba a cargo de la Armada y por el que se calcula que pasaron cinco mil prisioneros políticos.
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