Se trata de gotas de líquido recubiertas de arena y que contienen un 95 por ciento de agua. Fueron creadas hace más de 40 años, pero ahora le encontraron una utilidad: absorber los gases de efecto invernadero.
El "agua seca" fue desarrollada en 1968 y fue ensayada en cosméticos, entre otras áreas. Hasta 2006 no se iniciaron, en Reino Unido, el estudio en profundidad de su estructura y los experimentos para posibles nuevas aplicaciones.
Ahora la Sociedad Americana de Química con sede en Boston, Estados Unidos, determinó que puede ser utilizada para combatir los gases de invernadero y combatir, de ese modo, los efectos del cambio climático.
Así lo informa en su edición de hoy el diario español El País, que una de las más recientemente experimentadas, con éxito, es para el almacenamiento de gases, en la Universidad de Liverpool bajo la dirección de Andrew Cooper.
Un litro de gas metano se puede almacenar en unos seis gramos de polvo, a una temperatura no muy baja. Los investigadores piensan también en su utilidad para explotar depósitos de gas metano que estén dispersos o en forma de hidratos en el fondo del mar, aunque reconocen que todavía queda mucho trabajo de investigación por hacer y que el coste sería seguramente todavía un problema.
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