En lo que quizá sea un ejemplo tan claro y triste de lo que es ser inoportuno, dos médicos se liaron a puñetes en plena atención de un parto.
Los resultados de lo sucedido son más que dramáticos: debido a una grave hemorragia interna, a Laura Salpietro, la madre a la que atendían, se le tuvo que extirpar el útero, mientras que el bebe ha sufrido dos infartos y daños cerebrales que pueden ser irreparables.
Fue el esposo de la mujer, Matteo Molonia, quien fue testigo de este hecho y llamó a los carabineros para que den solución a la pelea.
La primera reacción del policlínico de Messina, uno de los más importantes de Sicilia, ha sido suspender a los galenos mientras duren las investigaciones. Las primeras versiones arrojan que el origen de la gresca se dio por celos profesionales. Mientras uno empujaba contra la pared a otro y se trenzaban a golpes, la madre tenía complicaciones en el parto que se iban agravando conforme el tiempo corría.
La condena al hecho en la opinión pública italiana ha sido inmediata y el ministro de Salud del país europeo acudirá al lugar de los hechos.
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