Horrorizado el señor Li Chang, de 43 años – quien sufrió severas lesiones internas – se había sentado en el borde de la cisterna de su almacén en Guangzhou, sur de China, donde las anguilas estaban esperando para ser cocinadas.
El estaba cerca del tanque lleno de cientos de las criaturas. Chang dijo: “Creo que tenían miedo, cuando de repente caí en el tanque por lo que comenzaron a retorcerse por todas partes”.
“Sentía varios disparos eléctricos por las piernas. Y entonces, para mi horror, sentí una que subía por mi trasero.” Increíblemente Chang, se sintió tan avergonzado que no dijo nada a nadie al principio.
Él dijo: “Yo no dije nada al principio, cuando subí de nuevo – Me daba vergüenza. Me sequé y trate de seguir trabajando, pero era muy doloroso.”
Colegas marcaron los servicios de emergencia, cuando Chang terminó por derrumbarse en agonía.
Los asombrados médicos, realizaron una operación de cinco horas para retirar la anguila y reparar el interior, de un trauma severo causado por la anguila pataleando.
Un portavoz del hospital dijo: “La anguila, había herido de gravedad al paciente. Si no llegaba rápido, habría muerto de seguro. Esperamos sin embargo que muy pronto tenga una recuperación completa.
“La anguila era tan ancha como dos dedos y el largo del brazo de un hombre.”
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