El norte de Escocia alberga tierras mágicas, quizá las más encantadas de toda Europa. Es una zona de leyendas, fantasmas y monstruos legendarios. Las costas rocosas donde el mar se estrella con bravura, los bosques densos de las Highlands, los lagos, cuyos fondos son desconocidos, y los pequeños arroyos que se pierden entre las rocas, le otorgan a esta tierra un hechizo permanente. Todos quieren ver al mítico monstruo del Lago Ness.
El ambiente y la superstición de los lugareños hacen que se confundan troncos caídos con reptiles gigantes, olas misteriosas con cuerpos en las profundidades y el rumor del viento con alaridos de agonía. Dicen que San Columba fue el primero en ver, en el año 300, al monstruo mítico trazando una estela en la superficie quieta del Loch Ness, un lago que parte a Escocia diagonalmente.
Inverness -una especie de Villa La Angostura escocesa- es el destino de los que viajan especialmente a conocer al monstruo. De allí salen excursiones con barcos, provistos de sonares y radares que rastrean las profundidades buscando al mítico animal.
En el pueblo se encuentra gente que jura que vio al monstruo un día, pero hasta los más escépticos clavan los ojos en las superficies del lago, esperando ser los primeros en gritar “Eureka”, que en griego antiguo significa “¡Lo encontré!”.
Recomendaciones: Visitar el Lake Ness Monster´s Museum o Museo Nessie en donde un rejunte de fotos trucadas, videos antiguos y filmaciones borrosas logra mágicamente que los que creían en la bestia de antemano se convenzan aún más, y que los que no le daban crédito a su existencia, lo hagan menos todavía pero se diviertan en grande.
Una visita al castillo de Urquhart, en Inverness, te hace sentir como dentro de una película de la época medieval.
¿Cuándo ir?:En verano, los días son más largos y se realizan espectáculos teatrales, de música y otros eventos al aire libre. En invierno hace mucho frío.
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